Las personas homosexuales o bisexuales son así porque tienen problemas mentales
Todas las orientaciones sexuales son expresiones de la diversidad humana y esto no tiene ninguna relación con la salud mental de las personas. Eso sí, el problema es que las personas de la diversidad sexo – genérica suelen experimentar discriminación y violencia por parte de la sociedad.
La homosexualidad es producto de traumas en la infancia.
Esta idea se originó allá por el siglo XVIII, pero en realidad no hay ninguna evidencia de que la orientación sexual se produzca por eventos traumáticos en la infancia o la adolescencia. Tomemos en cuenta que lo que realmente produce sufrimiento a las personas LGBTI especialmente en su adolescencia y juventud tiene que ver con el rechazo y actitudes agresivas de las que suelen ser víctimas.
Hay que enseñar a los niños y niñas a comportarse como hombres y mujeres para evitar que se vuelvan homosexuales o transexuales.
Esta creencia usualmente está basada en la idea de que existe una única manera natural y correcta de ser, que los roles de género para hombres y mujeres son la única verdad y que así debe ser por siempre. Sin embargo, esto no es cierto, ya que la diversidad en lo más natural que existe y nos enriquece como humanidad. Todas las personas tenemos derecho a expresarnos con autenticidad.
La homosexualidad o bisexualidad puede ser corregida con tratamientos.
Al no ser una enfermedad, no hay nada que corregir. El intentar forzar un cambio en la orientación sexual, al no ser algo que se escoge, resulta un atentado contra los derechos y la dignidad humana. Los centros que ofertan este tipo de “tratamientos” usualmente emplean métodos violentos que están penados por el Código Orgánico Integral Penal (Art. 151) como tortura.