Es una herramienta que consiste en redactar los planes a futuro de una persona, de modo que plantea y enlista un conjunto de alternativas que se puede tomar entorno a tus posibilidades en busca de tu crecimiento y bienestar personal. En la cual, se deben detallar tus metas a corto, mediano y largo plazo considerando tus fortalezas, debilidades, experiencias y oportunidades.
• Refleja tus características: deseos, expectativas y objetivos personales.
• Permite analizar e integrar tu pasado, presente y futuro.
• Genera un espacio de encuentro y diálogo personal considerando el aspecto social.
• Considera tus virtudes y dones personales, así como las posibilidades del entorno.
• Traza un camino a seguir en función a tus metas planteadas.
Parte del autoconocimiento, las expectativas realistas del futuro y la correcta toma de decisiones.
1) Aprender a conocerse con honestidad y realismo: es importante distinguir entre la imagen que perciben los demás, la imagen ideal y el yo real. Además, es conveniente que aceptes tus limitaciones, pero sin perder la intención de mejorar y crecer.
2) Escuchar la vida: entender y aceptar las situaciones vividas, sentir con plenitud los sentimientos y emociones, conectar con las otras personas. Es decir, no se puede vivir ajeno a la cotidianidad.
3) Saber elegir, tomar decisiones: hay que considerar que la vida es como un árbol de múltiples ramificaciones, que nos obliga a escoger unos caminos y a renunciar a otros.
4) No tener miedo a equivocarse: el que siempre pierde es el que no decide o deja que otros decidan por él. Por lo tanto, hay que ser valiente para aceptar los errores y sabio para aprender de los mismos.
5) Ser responsable de las consecuencias de tus decisiones: en muchas ocasiones los resultados no son precisamente los que esperábamos. Es entonces cuando se puede llegar a sentir dolor y conflicto con uno mismo y con los demás.
6) Comprometer tu libertad: ser libre significa tener capacidad de elegir, optar, comprometerse, ceder espacio, dar nuestro tiempo. Aunque, hay que tomar el sentido de libertad con responsabilidad.
7) Ser flexible y creativo: porque la vida da muchas vueltas que escapan a nuestro control. Es decir, un cambio de planes supone cambiar de rumbo o incluso volver a empezar.
8) Compartir proyectos comunes: los proyectos de vida no tienen por qué ser exclusivamente individuales. De ese modo, muchos proyectos de vida o caminos pueden ser compartidos.
9) Buscar la coherencia entre todas las dimensiones de tu vida: hay que ser consistente y coherente entre la vida personal y familiar, de acuerdo con sus planes a futuro, desempeño profesional y el compromiso social.
10) Vivir centrado y unificado: hay que mantener una sintonía entre lo que uno piensa, dice, hace o siente.
Es muy beneficioso que los jóvenes, no sólo sean capaces de conocerse a sí mismos y autorregularse emocionalmente, sino, que, es importante que empiecen a trazarse un propósito en la vida en función a sus actitudes, habilidades y competencias en armonía con sus objetivos y expectativas de vida. Pero, sobre todo, que se planteen objetivos realistas de corto y mediano plazo que puedan orientar su toma de decisiones.